Santaflow Padre nuestro Letra
Santaflow Padre nuestro Letra
Hermanos, es tiempo de reflexionar, de mirar en nuestro interior y pensar en todo aquello que siempre creímos o no creímos. Es tiempo de mirar a Dios cara a cara.
Vino al mundo con mal pie, fruto de una violación.
Su mamá de 16 años le dió en adopción.
No pudo hacerse cargo, sentía tanto dolor.
¿Quién puede culparla? A veces el destino es un ca...
Y vivir sin el calor de una familia fue el castigo, que un alma inocente sin pecado alguno recibió.
Dicen que allá arriba hay alguien que tiene un motivo.
Si a eso le llamáis justicia divina me cago en...
Y creció con otros chicos en sus mismas circunstancias,
Los hijos del abandono, abandonaron la lactancia,
Con cierta felicidad, a falta de conocer algo más que el orfanato, Qué bendita ignorancia.
Con la edad llegó una duda razonable:
"¿Porque no tengo familia? Explíquemelo, padre."
El cura con cara compresiva contestaba:
"Hijo mío, aquí estoy yo, no te va a faltar de nada."
Padre nuestro, que estás en los cielos,
Te prometo que yo soy bueno,
Si todos somos iguales, hijos de Dios.
¿Porqué ni papá ni mamá yo tengo?
Así pues, católica fue su educación.
Son inescrutables las lecciones del señor.
Matemáticas, literatura, religión,
La misma persona fue su profesor y su mentor.
Su confesor tenía acceso a sus secretos, a sus dudas.
Mucho poder sobre una mente aún inmadura.
Tanta inocencia es delicada en un ser tan desprotegido, si las intenciones de otro no son puras. Cada vez mas muestras de cariño, más caricias.
Cuando estaban a solas a la hora de rezar.
"Será nuestro secreto" Le decía sin malicia,
O al menos es eso lo que el crío supo interpretar.
"Sin el botón del pantalón, vamos a jugar, óyeme niño nadie se puede enterar"
Trabajos manuales, clandestinos en la oscuridad.
Años de suciedad y orgasmo clerical.
Padre nuestro que estás en los cielos,
Te prometo que yo soy bueno,
Si no tenemos nada malo que ocultar,
¿Porqué tengo que tener secretos?
Los depravados siempre quieren más, sin importarles el mal que causarán.
Y sus encuentros con sus víctimas ya, le sabían a poco, al cabo que quería más.
Una tarde como cualquier otra, el chiquillo estaba jugando a la pelota,
Con sus amigos, en el patio ajeno a todo, no sabía lo que le esperaba de un momento a otro.
El sacerdote en su capilla, desquiciado por la diosa lujuria. Poseído.
Ya habrá tiempo para confesiones y limpiar pecados, a buscar al joven fue con paso decidido.
Se lo llevó al cuarto más apartado, no había tiempo de remilgos, estaba desesperado.
Algo en los ojos del clérigo era distinto, algo va mal al niño le dijo su instinto.
Y tuvo miedo por primera vez, sobre una mesa, por la la fuerza y boca abajo cara a la pared.
Sintió el aliento fétido y al hombre en el que confió,
Entrando en él y rompiéndole por siempre la niñez.
Padre nuestro que estás en los cielos,
Te prometo que yo soy bueno.
Si todo lo que me hace el cura es por amor,
¿Porqué sólo siento dolor y miedo?
No sé cuántas veces se repitió la situación,
Con tan solo 7 años el chaval no denunció.
No entendía que ocurría, no tenía información.
Cuántos años más vivió entre miedo y violación.
Y lo peor es que el cura cabrón, era reincidente.
Y en su diócesis lo trataban de ocultar, le cambiaban de ciudad tapando los incidentes.
Pues la imagen de la iglesia es lo importante.
Mas, todo sale a la luz, alguien hayó el valor, cuando fue mayor de edad,
Cuando se pudo enfrentar a sus miedos, a sus traumas, a su propia realidad.
Destapando el escándalo y se sumaron muchos más.
Padre nuestro que estás en los cielos,
Te prometo que yo soy bueno,
Y si la iglesia es quien defiende la verdad,
¿Porqué nunca me quiso ayudar?
Muchos abusos se han prescrito y la ley de pacotilla no es dura con tus delitos.
¿Ahora te retira la licencia el vaticano? Pobrecito.
¿No te meten en la cárcel porque estás muy viejecito?
Yo te metería conmigo en un ring, (¡FIGHT!)
Y te daría una paliza cada día, me da igual que seas un mierda y no te puedas defender.
Quiero que éste sea tu juicio final y yo tu juez.
Rezaré por perder por completo la compasión,
Y torturarte como un libre pensador en la inquisición.
Tengo porras con pinchos y una clara intensión.
Ratas vivas, agua hirviendo y mucha, mucha imaginación.
Padre nuestro, ¿Dónde estabas, cuando más te necesitaba?
Padre nuestro, yo te rezo, ya no creo en ti, ni en tu ciervo.
Padre nuestro, dijo mi educación y pensando por mí mismo hoy llegué a una conclusión.
Tú no existes, y si existes eres un pinche cabrón. ¡Puto!